sábado, marzo 6



No, no intentes disculparte.
No juegues a insistir, las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes, no hables en plural. La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me dueles todavía aquí, adentro. Y que a tu edad sepas bien lo que es, romperle el corazón a alguien así. No se puede vivir con tanto veneno; la esperanza que me ha dado amor no me la dio más nadie, te juro, no miento. No se puede vivir con tanto veneno. No se puede dedicar al alma a acumular intentos, pesa más la rabia que el cemento. Espero que no esperes que te espere después de mis 26. La paciencia se me ha ido hasta los pies. Y voy deshojando margaritas, y mirando sin mirar
para ver si así te irritas y te vas.

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