-Tú eres como una débil burbuja –me dijo él.
-¿Por qué? –pregunté intrigada.
-Porque cada vez que me acerco, "plop", desapareces –acotó.
No opiné, sólo oculté mi rostro en mis manos.
-¿Por qué? –pregunté intrigada.
-Porque cada vez que me acerco, "plop", desapareces –acotó.
No opiné, sólo oculté mi rostro en mis manos.
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