domingo, octubre 31

; Caín & Abel: No creas nada de lo que digo I

- ¿Por qué lloras?
- ¿Perdón?- Dije sorprendida porque no lo había visto cerca mio.
- Si, ¿Por qué estas llorando?
- Estoy cansada de siempre lo mismo. Hasta las peleas se repiten. ¿Sabes que siento? Que me miente todo el tiempo, ya ni el debe distinguir entre la verdad y la mentira.
- No te equivocas. - Me dijo con esa voz que lo caracteriza, esa voz de tranquilidad que tiene todo el tiempo.
- ¿Cómo?
- Que él si te miente y vos te das cuenta pero lo dejas pasar.
- Y ¿Por qué tendría que confiar en lo que me decís?
- Soy su hermano, créeme que lo conozco mejor que nadie.
- También se que no te lo bancas.
- No me creas entonces y seguí llorando.
- No me digas así.
- Vos no queres ver. Él te miente. Va a la plaza le pide los números a toda chica que se le cruce y a vos te viene con la excusa que no son para él, sino para su amigo.
- ¿Cómo sabes que él me dijo eso si no estabas?
- Lo escuche cuando estaban con su amigo planeando todo el plan para que nada le salga mal
- Es un hijo de puta!
- Eh, mira que tenemos la misma madre. Voy a afuera, si queres seguir hablando, vení.
Nos levantamos de la mesa y caminamos hasta una puerta que daba a un parque enorme. Era de noche y prácticamente no se veía nada. Había mucho viento. Mientras caminábamos nos encontramos con él que nos siguio con la mirada hasta que nos perdimos en la oscuridad.
Caminamos hasta encontrar un lugar donde sentarnos. Encontramos un banco atrás de un árbol y me senté y él se quedo parado.
-¿No te vas a sentar? - Le pregunte
-No, todavía no.
- Bueno, como quieras. Te seguía diciendo, espera vos me estabas diciendo, ¿Qué me- Me interrumpió
- ¿Siempre hablas tanto?
- ¿Siempre vas a criticar lo que digo y /o hago?
-No sé.
- Bueno, mientras pensas si me vas a criticar. Ayúdame a pensar ¿Qué hago?
- ¿Qué hacer con que?
- Con esto de "Mister Mentiras", quiero encontrarlo de trampa y darle donde más le duele.
- Eso es fácil, pero no lo vas a hacer.
- Si, es verdad eso, no tengo los ovarios suficientes.
Se rió y se sento al lado mio, mejor dicho, se acosto mirando al cielo. Se quedo callado por un momento. Los silencios no me gustan y mis ganas de hablar me ganaron:
- ¿Te puedo hacer un pregunta? - Dije.
- Depende.
- ¿Por qué me estas contando esto?
- No sé. Me das cosa.
- ¿Te doy cosa?
- ¿Tenes frió?
- No me cambies de tema
-¿Tenes frió o no?
-Un poco, pero contéstame.
Se levanto y pensé que se iba, como es de hacer la mayoria del tiempo, sin motivo él se va pero no. Se sacó su saco y me dijo:
- Toma - Dándome su saco.
- ¿Vos no tenes frió?
- Tengo menos que vos. Dale, agarra.
- ¿Seguro?
- Siempre preguntando vos. Y me dejo el saco al lado mio.
- Bueno, gracias. ¿Ahora podes contestarme?

(CONTINUARA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario